Orgasmo después de la menopausia: por qué es más difícil y 7 maneras de facilitarlo

Orgasmo después de la menopausia: por qué es más difícil y 7 maneras de facilitarlo

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    ¿Por qué el orgasmo se siente más difícil después de la menopausia?

    ¿Alguna vez se ha preguntado por qué algo que antes era tan natural ahora parece casi imposible? Muchas mujeres susurran la misma pregunta: ¿Por qué el orgasmo después de la menopausia es mucho más difícil?

    No está en su mente. No se trata de perder el interés en el amor. Se trata de lo que su cuerpo atraviesa durante y después de la menopausia. ¿La buena noticia? Esto no es el fin del placer. 

    Comprender lo que está sucediendo y cómo trabajar con su cuerpo puede ayudarle a recuperar lo que pensaba que había perdido.

    Por qué cambia el orgasmo después de la menopausia

    La menopausia trae una mezcla de cambios hormonales, físicos y emocionales que afectan la excitación y el clímax. Desglosemos estos cambios:

    1. Disminución hormonal

    Los niveles de estrógeno y testosterona disminuyen. El estrógeno mantiene los tejidos vaginales gruesos y flexibles. La testosterona ayuda con el deseo. Sin ellos, la sensibilidad disminuye, la lubricación se reduce y los orgasmos tardan más.

    Prevalencia global de la disfunción sexual

    Aproximadamente el 60 % de las mujeres de 40 a 64 años a nivel mundial reportan alguna forma de disfunción sexual, con tasas significativamente más altas, entre el 68 % y el 86,5 %, entre las mujeres posmenopáusicas, variando según culturas y regiones.

    Según la North American Menopause Society, la sequedad vaginal afecta a más de la mitad de las mujeres dentro de pocos años después de la menopausia.

    2. Sequedad vaginal y dolor

    Los tejidos secos hacen que la penetración sea incómoda. Cuando la intimidad duele, el cuerpo bloquea las señales de excitación. Una revisión del NIH encontró que el 60 % de las mujeres posmenopáusicas tienen problemas de sequedad que interfieren con el sexo (NIH).

    3. Menor flujo sanguíneo

    La reducción de estrógenos también significa menos flujo sanguíneo al clítoris y la vagina. Dado que el orgasmo depende de la circulación sanguínea en estas áreas, el clímax se vuelve más difícil.

    4. Trastornos del sueño

    Los sofocos y sudores nocturnos alteran el descanso. El sueño deficiente agota la energía y el estado de ánimo. Las investigaciones muestran que casi el 40–50 % de las mujeres posmenopáusicas tienen problemas de sueño.

    5. Cambios en la salud mental

    La ansiedad, la depresión o los problemas con la imagen corporal son comunes en la mediana edad. Estos reducen el interés por el sexo y dificultan concentrarse en la sensación.

    El peso emocional

    Más allá del cuerpo, el orgasmo después de la menopausia conlleva una capa emocional. Muchas mujeres sienten que ya no son “ellas mismas”. Algunas temen que su pareja pierda interés. Otras aceptan en silencio que el sexo ha terminado.

    En Brasil, el 64 % de las mujeres posmenopáusicas experimentaron disfunción sexual, consistente con estudios regionales que muestran una prevalencia del 46–67 %.

    Pero esa no tiene que ser la historia. El primer paso es saber que no estás sola, y el segundo es encontrar soluciones que realmente funcionen.

    Este peso emocional puede ser tan intenso como los cambios físicos. Cuando la excitación se vuelve impredecible, cuando los orgasmos parecen esquivos o ausentes por completo, muchas mujeres comienzan a cuestionar su identidad, no solo como seres sexuales, sino como mujeres. Pensamientos como “¿Soy solo yo?”, “¿Estoy rota?” o “Quizás he superado esa parte de mí” se vuelven diálogos internos comunes.

    Un metaanálisis de 54 estudios en 17 países mostró que la disfunción sexual en mujeres posmenopáusicas varía ampliamente, desde el 8,7 % hasta el 89,0 %, dependiendo del estudio y contexto específicos.

    Estos sentimientos no son irracionales. La sociedad a menudo considera a la juventud como la medida de la belleza y la vitalidad sexual, dejando a las mujeres posmenopáusicas sintiéndose invisibles, no solo en el dormitorio, sino en la narrativa cultural más amplia sobre el sexo. 

    Cuando nadie habla abiertamente sobre los cambios, el silencio puede sentirse como una confirmación de que el placer es algo que simplemente se supone que debes dejar atrás.

    Las relaciones también cambian bajo esta presión emocional. Una pareja puede no entender lo que está sucediendo o puede interpretar erróneamente la falta de excitación como rechazo. 

    Mientras tanto, muchas mujeres internalizan el problema, evitando la intimidad por completo para escapar del malestar o la vulnerabilidad emocional. Lo que antes era una fuente de conexión ahora se convierte en una fuente de ansiedad, evitación o vergüenza.

    Un estudio de mujeres de 40 a 64 años encontró que entre las participantes sexualmente activas, la prevalencia de disfunción sexual aumentó drásticamente, del 22.2% en el grupo de 40 a 44 años al 66.0% en mujeres de 60 a 64 años.

    Pero esto es lo que tanto la investigación como la experiencia vivida confirman: esta etapa de la vida no tiene que significar el fin de la intimidad, puede ser el comienzo de una nueva clase de intimidad.

    Los estudios muestran que con la información y el apoyo adecuados, muchas mujeres no solo recuperan su placer sexual, sino que lo experimentan de una manera más consciente y conectada que nunca. Los aceites para la excitación como Zestra, lubricantes, ejercicios del suelo pélvico y vibradores no son medidas desesperadas, son herramientas de empoderamiento. Funcionan con tu biología, no en contra de ella.

    Un estudio enfocado encontró que el 85.2% de las mujeres posmenopáusicas experimentaron disfunción sexual. Entre los dominios afectados, la insatisfacción afectó al 89.0%, los problemas de excitación fueron experimentados por el 67.0%, y el bajo deseo afectó al 62.4%.

    7 maneras de facilitar el orgasmo después de la menopausia

    Para mujeres de mediana edad:

    Aquí está la parte esperanzadora: hay pasos seguros, simples y comprobados que puedes seguir. Exploremos cuáles son.

    1. Usar aceites para la excitación

    Los aceites tópicos como Zestra® aumentan el flujo sanguíneo, la calidez y la sensación en minutos. A diferencia de las pastillas que actúan en el cerebro, estos funcionan localmente, justo donde los necesitas.

    En un estudio doble ciego, controlado con placebo publicado en The Journal of Sex & Marital Therapy, las mujeres que usaron Zestra reportaron mejoras significativas en la excitación, satisfacción del orgasmo y sensación genital.

    2. Priorizar los juegos previos

    La anorgasmia (dificultad persistente o ausencia de orgasmo) es relativamente común después de la menopausia; hasta una de cada tres mujeres reporta problemas de orgasmo durante la estimulación sexual.

    El contacto prolongado, los besos, el masaje y el sexo oral ayudan a relajar el cuerpo. Más tiempo significa más circulación y comodidad. Para muchas mujeres posmenopáusicas, un tiempo de excitación más largo es la clave para alcanzar el orgasmo.

    3. Vibradores y herramientas de estimulación

    Los vibradores proporcionan estimulación directa y constante al clítoris, lo que puede superar la sensibilidad reducida. Una encuesta del Kinsey Institute con 1,500 mujeres de 40 a 65 años encontró que el 44.4 % de las participantes reportaron usar juguetes sexuales durante la masturbación.

    4. Ejercicios del suelo pélvico

    En términos generales, el 25 % de las mujeres reporta dificultades para alcanzar el orgasmo, y el 10 % nunca ha tenido un clímax, y estos desafíos parecen ser más comunes después de la menopausia.

    Los ejercicios de Kegel mejoran el tono muscular y el flujo sanguíneo en la región pélvica. Músculos más fuertes significan orgasmos más intensos. La investigación confirma que el entrenamiento regular del suelo pélvico mejora la satisfacción sexual en mujeres de mediana edad.

    5. Controle la sequedad con lubricantes

    La sequedad es una de las mayores barreras para el orgasmo después de la menopausia. Los lubricantes de venta libre pueden reducir el dolor y permitir mayor concentración en el placer. Combinar lubricantes con aceites de excitación aporta comodidad y una sensación intensificada.

    6. Reduzca el estrés y mejore el sueño

    El estrés mata la excitación. Pruebe yoga, meditación o ejercicios simples de respiración. Un estudio de Harvard mostró que la atención plena reduce la ansiedad y aumenta la función sexual. Un buen sueño también restaura la energía y la libido.

    7. Hable abiertamente con su pareja

    La comunicación elimina la presión. Comparta lo que le gusta, lo que no, y lo que necesita más. Las parejas que hablan abiertamente sobre el sexo reportan mayor satisfacción y mejores tasas de orgasmo.

    Por qué los enfoques naturales funcionan mejor

    Ante los desafíos de la disfunción sexual después de la menopausia, muchas mujeres buscan comprensiblemente soluciones médicas para aliviarse. Se han desarrollado medicamentos con receta como Addyi (flibanserina) y Vyleesi (bremelanotida) específicamente para tratar el bajo deseo sexual en mujeres. Sin embargo, aunque estos medicamentos han ayudado a algunas, su efectividad es limitada y a menudo acompañada de efectos secundarios no deseados.

    Una revisión exhaustiva publicada en Sexual Health in Menopause indica que entre el 40 y el 55 % de las mujeres posmenopáusicas reportan bajo deseo sexual, un síntoma común asociado con el síndrome genitourinario de la menopausia (SGM). 

    Esta condición se debe principalmente a la disminución de los niveles de hormonas sexuales, como los estrógenos y andrógenos, que juegan un papel importante en el deterioro de la respuesta sexual.

    Esta situación deja a muchas mujeres buscando opciones más seguras y confiables que respeten los ritmos y cambios naturales de sus cuerpos sin añadir la carga de nuevas preocupaciones de salud.

    Trabajando con su cuerpo, no en contra de él

    Las formas naturales de ayudar con el sexo después de la menopausia trabajan con su cuerpo, no en contra de él. Por ejemplo, los aceites y cremas de excitación ayudan al flujo sanguíneo, aumentan la sensibilidad y hacen que la zona íntima esté más húmeda.

    La investigación muestra que alrededor del 25–30% de las mujeres después de la menopausia tienen problemas con la sequedad. Esto puede hacer que el sexo sea incómodo. Hay diferentes tratamientos, algunos con hormonas y otros sin ellas.

    Debido a que estas cremas actúan justo donde se necesitan, a menudo funcionan más rápido y mejor durante el sexo. Usualmente tienen menos efectos secundarios que las pastillas que afectan todo el cuerpo.

    Un estudio encontró que un lubricante vaginal especial ayudó a las mujeres a sentirse mejor durante el sexo. Las mujeres dijeron que tenían menos sequedad y menos dolor.

    Usar lubricantes y humectantes naturales ayuda con la sequedad, que es un gran problema para muchas mujeres después de la menopausia. Cuando hay menos dolor, las mujeres pueden disfrutar más del sexo y concentrarse en sentirse bien.

    La Conexión Mente-Cuerpo

    El placer sexual no es solo una respuesta física, está profundamente entrelazado con el bienestar mental y emocional. El estrés, la ansiedad y las preocupaciones sobre la imagen corporal pueden agotar el deseo y hacer que el orgasmo se sienta más esquivo. 

    Las formas naturales a menudo se enfocan en la salud integral del cuerpo. Esto significa reducir el estrés, practicar la atención plena, hacer ejercicio y realizar ejercicios del suelo pélvico junto con el uso de cremas o aceites.

    Por ejemplo, los ejercicios del suelo pélvico, como los Kegel, ayudan al flujo sanguíneo y fortalecen los músculos. Esto puede facilitar sentir placer y tener orgasmos. El yoga, la meditación y la respiración profunda ayudan a calmar la mente y relajar el cuerpo, facilitando disfrutar de la intimidad.

    Un estudio que evaluó la eficacia y seguridad de un hidratante intravaginal no hormonal encontró que más del 50% de las participantes reportaron estar muy satisfechas con el tratamiento. El producto fue bien tolerado, sin eventos adversos graves reportados, lo que lo convierte en una opción prometedora para mujeres posmenopáusicas que buscan alivio de la sequedad vaginal y la disfunción sexual asociada.

    Al enfocarse en nutrir a la persona en su totalidad, cuerpo, mente y emociones, los métodos naturales ofrecen un camino sostenible para redescubrir el placer que se alinea con las necesidades cambiantes de una mujer después de la menopausia.

    Abordar Barreras Emocionales y Relacionales

    La menopausia puede cambiar cómo las mujeres se sienten consigo mismas y con sus relaciones. Esto puede dificultar alcanzar un orgasmo. Las formas naturales de ayudar a menudo implican hablar abiertamente con tu pareja, aprender más sobre tu propio cuerpo y probar nuevos tipos de cercanía.

    Por ejemplo, cuando las parejas usan lubricantes o aceites de excitación juntos, se sienten más cercanas y menos preocupadas por el sexo. Esto ayuda a eliminar el miedo que puede dificultar sentir excitación.

    Usar vibradores u otras herramientas para explorar tu cuerpo puede ayudar a muchas mujeres a encontrar la alegría nuevamente. Cambia los sentimientos de estar molesta o triste a sentirse curiosa y feliz.

    Bienestar a Largo Plazo y Más Allá

    Muchos medicamentos solo ayudan por un corto tiempo. Las formas naturales pueden ayudarte a sentirte bien durante mucho tiempo, incluso después de la menopausia.

    Un buen sueño, comida saludable, ejercicio y menos estrés ayudan a que su cuerpo funcione mejor. Ayudan a sus hormonas, flujo sanguíneo y estado de ánimo, todo lo que contribuye a disfrutar el sexo.

    Usar ayuda natural no es solo para soluciones rápidas. Se trata de crear hábitos saludables y un espacio feliz donde el placer pueda crecer y disfrutarse cada día.

    Preguntas frecuentes: Orgasmo después de la menopausia

    1. ¿Es normal tener dificultades para alcanzar el orgasmo después de la menopausia?
    Sí. Aproximadamente la mitad de las mujeres reportan este problema, y está vinculado a cambios hormonales, físicos y emocionales.

    2. ¿La terapia de reemplazo hormonal (TRH) soluciona el problema?
    La terapia de reemplazo hormonal (TRH) puede ayudar con la sequedad y los sofocos, pero no todas las mujeres son candidatas. Hable con su médico sobre riesgos y beneficios.

    3. ¿Son seguros los vibradores para mujeres posmenopáusicas?
    Sí. Son ampliamente usados, seguros y efectivos para aumentar la excitación y el orgasmo.

    4. ¿Pueden los cambios en el estilo de vida marcar la diferencia?
    Absolutamente. El ejercicio, un buen sueño y el manejo del estrés mejoran la energía, el flujo sanguíneo y el estado de ánimo, todo lo cual ayuda con el orgasmo.

    5. ¿Qué tan rápido funcionan los aceites para la excitación?
    La mayoría de las mujeres sienten los efectos en minutos, lo que los hace ideales para la intimidad espontánea.

    6. ¿Qué hacer si el dolor es intenso?
    Consulte a un ginecólogo. El sexo doloroso podría deberse a atrofia vaginal u otras condiciones que pueden requerir tratamiento médico.

    7. ¿Puede realmente volver el orgasmo después de la menopausia?
    Sí. Con las herramientas adecuadas, aceites, vibradores, comunicación y cuidado, muchas mujeres recuperan un placer satisfactorio.

    Por qué Zestra es la mejor

    Si ha estado buscando una forma segura y comprobada de facilitar el orgasmo después de la menopausia, Zestra destaca. Respaldado por ensayos clínicos, mejora la excitación, la sensación y la satisfacción sin los riesgos de los medicamentos. Funciona en minutos, es no hormonal y puede usarse cuando usted elija.

    Para las mujeres que pensaban que el clímax había quedado atrás, Zestra ofrece un nuevo capítulo: uno lleno de comodidad, confianza y placer.