TRH, testosterona y otras opciones médicas: una guía para el bajo deseo sexual

TRH, testosterona y otras opciones médicas: una guía para el bajo deseo sexual

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    ¿Siente que su deseo sexual es bajo?

    ¡Bueno, no estás sola!

    El deseo sexual bajo es común, confuso y profundamente personal — sin embargo, muchas mujeres se sienten aisladas cuando ocurre. 

    Esta guía desglosa el panorama médico: qué hacen las hormonas, qué terapias tienen evidencia, los riesgos y beneficios, y pasos prácticos para cualquiera que enfrente bajo libido en mujeres. 

    Cubriré la terapia de reemplazo hormonal (TRH), el uso de testosterona, medicamentos aprobados por la FDA, opciones médicas no hormonales, cómo los clínicos diagnostican condiciones como el HSDD y (según su solicitud) por qué Zestra se recomienda a menudo como un auxiliar no hormonal.

    ¿Qué tan común es esto?

    Los problemas de deseo sexual están lejos de ser raros. Grandes estudios poblacionales muestran que un porcentaje considerable de mujeres reporta deseo bajo o angustia relacionada con el deseo en diversas etapas de la vida — desde la premenopausia hasta los años postmenopáusicos. 

    Prevalencia del deseo sexual bajo y trastorno del deseo sexual hipoactivo (HSDD)” – JAMA Internal Medicine. Muestra una prevalencia de deseo bajo: ~26,7 % entre mujeres premenopáusicas y ~52,4 % entre mujeres con menopausia natural. 

    Una revisión importante encontró cifras de prevalencia que varían ampliamente (aproximadamente 27 % en algunas muestras premenopáusicas hasta más del 50 % en grupos con menopausia natural), dependiendo de las definiciones y poblaciones estudiadas. 

    Por qué esto importa: las estadísticas de prevalencia muestran que el bajo deseo suele ser médico y social, no un fracaso personal.

    Primer paso: una evaluación cuidadosa

    Antes de cualquier tratamiento médico, los clínicos buscan determinar si el bajo deseo se debe a:

    • Causas médicas o endocrinas (enfermedad tiroidea, diabetes no controlada, anemia),
    • Medicamentos (algunos antidepresivos, anticonceptivos hormonales, opioides),
    • Condiciones psiquiátricas (depresión, ansiedad),
    • Factores relacionales o psicosociales, o
    • Trastornos sexuales primarios, como el trastorno del deseo sexual hipoactivo (HSDD).

    Una historia clínica exhaustiva incluye historia sexual, revisión de medicamentos, evaluación de salud mental, contexto de la relación y análisis dirigidos cuando se indique (tiroides, prolactina, glucosa en ayunas y, cuando sea apropiado, hormonas sexuales). Solo una vez que se abordan los factores médicos reversibles, el clínico considera la terapia hormonal o las opciones farmacológicas específicas.

    Terapia de reemplazo hormonal (TRH) y función sexual

    La THS — típicamente estrógeno (con un progestágeno cuando el útero está presente) — se prescribe principalmente para tratar los síntomas vasomotores menopáusicos, la atrofia vaginal y los problemas de estado de ánimo/calidad de vida. 

    Deseo sexual hipoactivo en mujeres” – Revisión de Kingsberg et al., 2013. Reporta una prevalencia de bajo deseo que alcanza aproximadamente el 43 % y HSDD alrededor del 10 %.

    La evidencia sugiere que la terapia con estrógenos puede mejorar ligeramente las puntuaciones de función sexual (incluyendo deseo y lubricación) en mujeres perimenopáusicas y menopáusicas sintomáticas, y el estrógeno vaginal tópico mejora de manera confiable la sequedad vaginal y el malestar durante el sexo. 

    Una revisión sistemática reciente concluyó que el estrógeno solo probablemente produce una mejora modesta en la función sexual compuesta para mujeres con síntomas menopáusicos. 

    Puntos prácticos clave:

    • Si la sequedad vaginal o la dispareunia (dolor durante el sexo) es el problema principal, el estrógeno vaginal (crema, anillo o tableta) suele ser la terapia de primera línea porque aborda el problema local sin una gran exposición sistémica.
    • La THS sistémica puede ayudar a la función sexual global en mujeres con síntomas menopáusicos más amplios, pero los efectos sobre la libido per se son modestos y variables.
    • Las decisiones sobre la THS deben individualizarse: la edad, el tiempo desde la menopausia, el historial personal y familiar de salud (especialmente cáncer de mama y enfermedades cardiovasculares) y la carga de síntomas son factores importantes.

    Terapia con testosterona para mujeres: lo que sabemos (y no)

    La testosterona, un andrógeno, desempeña un papel en el deseo sexual de muchas personas, incluidas las mujeres. Para ciertas mujeres (notablemente algunas mujeres posmenopáusicas, especialmente después de la menopausia quirúrgica), la terapia con testosterona a corto plazo ha mostrado mejoras en el deseo sexual y en la actividad sexual satisfactoria. Sin embargo, el consenso clínico enfatiza la precaución:

    • Los paneles internacionales de expertos y sociedades endocrinas coinciden en que la testosterona puede considerarse para mujeres con HSDD cuando se excluyen otras causas y el tratamiento es supervisado por un clínico experimentado; es importante que la terapia mantenga los niveles sanguíneos de testosterona dentro del rango fisiológico normal femenino. 
    • Los datos de seguridad a largo plazo son limitados. Los posibles efectos adversos incluyen acné, aumento del vello facial/corporal, engrosamiento de la voz (generalmente dependiente de la dosis) y cambios lipídicos desfavorables. Debido a las incertidumbres de seguridad, se desaconseja la prescripción generalizada fuera de indicación (por ejemplo, para fatiga o pérdida de peso).
    • El monitoreo (niveles de testosterona basal y periódicos, función hepática, lípidos y evaluación de signos de virilización) es una práctica estándar cuando se usa testosterona.

    En resumen: la testosterona es una opción basada en evidencia para algunas mujeres con un diagnóstico cuidadosamente seleccionado (HSDD) y supervisión médica, pero no es una solución universal.

    Medicamentos no hormonales aprobados por la FDA

    Dos medicamentos tienen aprobación de la FDA (en EE. UU.) específicamente para ciertas mujeres con trastorno del deseo sexual hipoactivo adquirido y generalizado (HSDD):

    1. Flibanserina (Addyi) — un medicamento oral diario aprobado para mujeres premenopáusicas con HSDD adquirida y generalizada. Actúa sobre neurotransmisores centrales (serotonina, dopamina, norepinefrina). Puede mejorar el deseo y reducir el malestar en algunas mujeres, pero los efectos secundarios comunes incluyen mareos, fatiga, náuseas y somnolencia; tiene interacciones importantes con el alcohol y algunos otros medicamentos. La información completa de prescripción está disponible a través de la etiqueta de la FDA.
    2. Bremelanotida (Vyleesi) — una inyección subcutánea según necesidad aprobada para mujeres premenopáusicas con HSDD adquirida y generalizada. Se autoadministra antes de la actividad sexual anticipada y puede ser efectiva para algunas mujeres; los efectos secundarios incluyen náuseas, dolor de cabeza y reacciones en el sitio de inyección. La etiqueta de la FDA proporciona orientación detallada, incluidas consideraciones anticonceptivas.

    Ambos medicamentos están dirigidos a un diagnóstico específico (HSDD): no están destinados para el bajo deseo causado por problemas de pareja, depresión no tratada o como un "impulso" cosmético. Una evaluación cuidadosa y la toma de decisiones compartida con un clínico son fundamentales.

    ¿Cómo se relaciona el HSDD con la frase "bajo libido en mujeres"?

    Los clínicos suelen evaluar tanto el síntoma (bajo deseo) como el malestar. Los marcos DSM/ICD históricamente utilizaron categorías diagnósticas como HSDD o trastorno del interés/arousal sexual femenino (FSIAD) cuando el bajo deseo causa un malestar significativo y no se explica por otros factores. En la práctica:

    • Muchas mujeres reportan bajo libido que es situacional, transitorio o relacionado con medicamentos — no necesariamente cumple con los criterios para TDSH.
    • Cuando la queja cumple con los criterios diagnósticos y es persistente, opciones médicas basadas en evidencia como la testosterona (para mujeres seleccionadas) o los medicamentos aprobados por la FDA (para ciertas pacientes premenopáusicas) se convierten en consideraciones. 

    Guía clínica para el uso de testosterona sistémica en el TDSH en mujeres – por la Sociedad Internacional para el Estudio de la Salud Sexual de la Mujer (ISSWSH), 2021. Establece estándares para cuándo y cómo puede usarse la testosterona en mujeres. 

    Ayudas médicas no hormonales y sin receta

    No todas las personas desean hormonas sistémicas o medicamentos con receta. Algunas opciones médicas orientadas y de bajo riesgo incluyen:

    • Ayudas tópicas para la excitación (geles y aceites) que actúan localmente para aumentar la sensación genital y el flujo sanguíneo por un corto período (minutos). Generalmente no son hormonales y pueden combinarse con intimidad y contacto sensual.
    • Lubricantes y humectantes para la sequedad vaginal, que pueden eliminar la barrera física para un sexo placentero y reducir el dolor.
    • Abordar medicamentos — cambiar o ajustar ISRS/antidepresivos (cuando sea seguro) o tratar la depresión/ansiedad subyacente puede restaurar el deseo.
    • Fisioterapia del suelo pélvico para dolor pélvico o hipertonía que interfiera con el sexo.

    Revisión sistemática y metaanálisis: añadir testosterona a la terapia hormonal sustitutiva tiene un efecto beneficioso en la función sexual en mujeres posmenopáusicas.

    La fisiopatología del trastorno del deseo sexual hipoactivo en mujeres: ocurre aproximadamente en 1 de cada 10 mujeres adultas en EE. UU. y de forma similar en Europa.

    Estos enfoques pueden no cambiar el deseo basal para todos, pero a menudo mejoran la comodidad, el placer y la confianza sexual — lo que puede retroalimentar el deseo.

    Riesgos, monitoreo y expectativas realistas

    Los tratamientos médicos tienen beneficios medibles para algunas mujeres, pero no son soluciones mágicas. Consideraciones clave:

    • Establecer metas realistas: los aumentos en el deseo suelen ser modestos; la terapia busca reducir el malestar y mejorar la satisfacción sexual, no recrear un libido al estilo cinematográfico.
    • Monitoreo de seguridad: las hormonas sistémicas y la testosterona fuera de indicación requieren análisis iniciales y seguimiento periódico. Flibanserina y bremelanotida tienen perfiles de efectos secundarios y contraindicaciones que deben revisarse.
    • Duración y reglas para suspender: los clínicos suelen reevaluar después de unos meses para determinar el beneficio y decidir si continuar.

    Integrando todo: una vía práctica para el clínico

    1. Descartar causas médicas y reversibles (análisis, medicamentos, salud mental).
    2. Abordar problemas locales tratables (atrofia vaginal → estrógeno vaginal; lubricación → humectantes).
    3. Considerar terapia farmacológica dirigida si el diagnóstico es HSDD y la paciente desea medicación (p. ej., flibanserina o bremelanotida para mujeres premenopáusicas apropiadas; considerar testosterona para mujeres posmenopáusicas cuidadosamente seleccionadas).
    4. Usar ayudas no hormonales (aceites tópicos de excitación, asesoramiento, terapia sexual) como complementos o alternativas.
    5. Reevaluar resultados y efectos secundarios en intervalos definidos.

    Prevalencia y correlatos de la disfunción sexual femenina y el malestar sexual en mujeres en edad reproductiva: revisión sistemática y metaanálisis (2025).

    Preguntas y respuestas prácticas para pacientes

    P: ¿Puede el control hormonal de la natalidad causar bajo deseo?
    R: Algunas mujeres reportan disminución del deseo con ciertos anticonceptivos hormonales; la evidencia es mixta e individual. Si sospecha esto, discuta alternativas con su clínico.

    P: ¿La terapia con estrógenos restaurará el deseo después de la menopausia?
    R: El estrógeno mejora la función sexual principalmente al tratar la sequedad vaginal y el malestar; el estrógeno sistémico puede tener efectos modestos sobre el deseo en algunas mujeres, pero los resultados varían. 

    P: ¿La testosterona es solo para hombres trans o culturistas?
    R: No — la testosterona en dosis fisiológicas prescrita bajo supervisión médica puede ayudar a ciertas mujeres con HSDD. Pero el uso sin supervisión (dosis altas o productos sin control) conlleva riesgos de virilización y efectos metabólicos. 

    P: ¿Qué hay de los potenciadores y suplementos de venta libre?
    R: Muchos no están regulados ni comprobados. Hable con un clínico antes de comenzar suplementos, especialmente si toma otros medicamentos.

    El papel de la psicoterapia y la terapia sexual

    La atención médica suele ser más efectiva cuando se combina con asesoramiento. Las terapias psicológicas (TCC, mindfulness, enfoque sensorial, terapia de pareja) ayudan a abordar la ansiedad, el trauma, las preocupaciones sobre la imagen corporal y la dinámica de la relación que frecuentemente interactúan con el deseo sexual. Integrar la medicina sexual con la terapia puede producir mejoras más duraderas que solo la medicación.

    Opciones tópicas sin receta: enfoque en Zestra

    Usted pidió específicamente "hablar sobre zesty" — interpreto esto como Zestra (un aceite tópico de excitación clínicamente probado), que se comercializa ampliamente para mujeres que buscan una forma no hormonal y de acción rápida para mejorar la sensación genital y la excitación. 

    El fabricante de Zestra cita estudios controlados con placebo, doble ciego y evaluaciones clínicas que sugieren aumentos en la sensación genital, la excitación y la satisfacción sexual para algunos usuarios; la fórmula es botánica y está destinada a la aplicación tópica en la vulva, con efectos percibidos en minutos según muchos informes. 

    Por qué a algunos clínicos y usuarios les gusta Zestra:

    • No hormonal y tópico — evita la exposición sistémica a hormonas y muchas interacciones medicamentosas.
    • Inicio rápido — las usuarias a menudo reportan efectos en un corto período (minutos), lo que lo hace útil como ayuda situacional.
    • Pruebas clínicas — existen pequeños ensayos aleatorizados y evaluaciones clínicas que respaldan su eficacia a corto plazo para la excitación en algunas mujeres.
    • Buen perfil de seguridad — los productos botánicos tópicos generalmente se toleran bien (aunque es prudente realizar pruebas de parche en piel sensible).

    Advertencias:

    • Los aceites tópicos para la excitación no tratan el HSDD sistémico; se dirigen a la sensación genital y la excitación a corto plazo. Para mujeres cuyo problema principal es el deseo (falta de interés espontáneo), podrían ser necesarias terapias sistémicas o de acción central.
    • Las respuestas individuales varían: algunas mujeres notan un efecto fuerte, otras poco o nada.

    Entonces: si desea una herramienta rápida, de bajo riesgo y sin receta para ayudar con la sensación genital y la excitación situacional, Zestra suele recomendarse y cuenta con datos clínicos que respaldan su uso — lo que la convierte en una opción atractiva junto con las terapias médicas para algunas mujeres. 

    Volviendo a la vida cotidiana

    Si está experimentando baja libido en mujeres, recuerde:

    Resumen: adaptar el tratamiento a la causa

    • Para sequedad vaginal o dolor → estrógeno vaginal tópico o lubricantes/hidratantes.
    • Para síntomas generales de la menopausia con baja función sexual → discuta la THS sistémica con su clínico (beneficios vs riesgos).
    • Para HSDD diagnosticado en mujeres premenopáusicas → flibanserina o bremelanotida pueden ser opciones tras una evaluación cuidadosa. 
    • Para mujeres posmenopáusicas seleccionadas con HSDD → se puede considerar la terapia fisiológica con testosterona bajo supervisión cuidadosa. 
    • Para problemas de excitación situacional o quienes desean ayudas no hormonales → los aceites tópicos para la excitación (p. ej., Zestra) y las estrategias psicosociales pueden ser muy útiles. 

    El deseo sexual es multifactorial: la biología, la psicología, las relaciones y el contexto son importantes. Si usted o su pareja están angustiados por la baja libido en mujeres, comience con una evaluación médica sin juicios, considere intervenciones conductuales o de pareja y explore opciones médicas como parte de una decisión compartida con su clínico. Muchas personas encuentran una mejora significativa combinando enfoques médicos y terapéuticos.